Las fachadas y la eficiencia energética
Uno de los cometidos de la rehabilitación de fachadas o de patios interiores en Barcelona es mejorar la eficiencia energética de los edificios. ¿Hasta qué punto se puede reducir el consumo si contamos con una fachada que reúna determinados requisitos? Lo vemos a continuación en este nuevo post del blog.
Como seguro que ya sabes, ya que se trata de un documento obligatorio para alquilar o vender un inmueble, en el certificado energético se recogen una serie de propuestas de mejora en este sentido. Una de las medidas de rehabilitación energética más efectivas es reforzar el aislamiento de los muros. Hay que usar materiales cuya transmitancia térmica sea lo menor posible, reduciendo de este modo la pérdida de calor a través de los cerramientos. Lo primero que haremos en Rehabilitación de Fachadas en Barcelona es comprobar que esto sea viable desde un punto de vista técnico. Hay que atender a cuestiones como la orientación o el clima de la zona donde se ubique el edificio en cuestión.
La envolvente de un edificio es el segundo elemento más aconsejable sobre el que intervenir en el curso de una rehabilitación energética. De hecho, en casi el 26% de los certificados energéticos se aconseja intervenir en la envolvente. En este sentido se puede proceder al cambio de ventanas por unas que procuren un mejor aislamiento térmico, al aislamiento en las cajas de las persianas o a la colocación de un material aislante por el interior como el poliestireno expandido. Esta última es una de las intervenciones con mayor repercusión en la rehabilitación energética de los edificios. Por otro lado, el 40% de los certificados energéticos aconseja llevar a cabo acciones sobre instalaciones térmicas como la calefacción, el agua caliente y el aire acondicionado.
Hay que tener en cuenta que la rehabilitación energética de una fachada supone poner de acuerdo a toda la comunidad de vecinos. No obstante, acometiendo la rehabilitación energética de la fachada el gasto en calefacción se podría reducir hasta un 50%. Dicho de otro modo, se necesitará menos calefacción o aire acondicionado y se gastará menos dinero en alcanzar el confort térmico en la vivienda.
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