Algunos ejemplos de cerramientos exteriores
Como hemos comentado en algún post anterior, el principal cometido de los cerramientos exteriores verticales es proteger el interior de los agentes externos como el frío o el calor, el agua, el viento y los ruidos. Por eso, a la hora de construir o rehabilitar un edificio o patios interiores en Barcelona hay que tener en cuenta todos estos factores ya que pueden variar en función de la ubicación y la orientación de cada fachada.
Hace años, los edificios se construían con materiales muy pesados y de un notable grosor. Se trataba de muros que cumplían una función estructural además de proteger el interior de los agentes climáticos exteriores. A día de hoy, las construcciones son bien diferentes.
Características de los cerramientos exteriores
Como decimos, los muros exteriores deben construirse atendiendo a una serie de conceptos.
- Aislamiento térmico.
- Transmisión térmica: es la capacidad que posee un material para actuar como transmisor del calor o el frío. La define el coeficiente de transmisión térmica, expresado en Kcal/h.m2.ºC.
- Inercia térmica: capacidad de mantener su estado de calor o frío. Cuanto más tiempo tarde un material en desprenderse del calor o frío, más inercia térmica posee. Por lo general, los materiales más densos poseen mayor inercia térmica.
- Condensación superficial interna: se produce en la pared interior de un cerramiento cuando la temperatura superficial es menor o igual a la temperatura de rocío del aire que está en contacto con la superficie.
En Rehabilitación de Fachadas en Barcelona te recordamos que, de acuerdo a la normativa actual, los cerramientos exteriores han de tener en cuenta una serie de circunstancias:
- La resistencia a la acción de los vientos y a su peso.
- La existencia de juntas de dilatación.
- Estanqueidad total al agua de lluvia o nieve.
- Evitar que se produzca humedad de condensación en las paredes interiores.
En cuanto al ahorro de energía, hay que tomar una serie de medidas relativas al aislamiento térmico de los edificios en cuanto a los cerramientos exteriores. Lo mismo pasa con la protección acústica. A veces un aislamiento térmico puede disminuir el aislamiento acústico. Hay que tener en cuenta que las paredes revestidas con materiales absorbentes como fibra de vidrio o espuma de poliuretano mejoran el aislamiento térmico aunque no producen ningún cambio favorable para la transmisión acústica.
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